Todos iguales


"Son todos iguales", repetimos nosotras sin cansarnos, una y otra vez, después de un nuevo romance frustrado. Es nuestra frase de cabecera; la muletilla infalible; el pretexto con el que justificamos otra relación fallida.
"Son todos iguales" es nuestro escudo; el lema del CFMD (Club Femenino de las Mujeres Despechadas); sería la contraseña de una logia secreta de la que todas desearíamos no formar parte; el estado de Facebook más repetido en el mundo; el twitt con más favs del planeta.
Sin ánimo de que me desafilien del CFMD, hoy me atrevo a afirmar que no es que no hayan hombres diferentes. Es que esos "todos" que "son iguales" son los que yo elijo: siguen un patrón; tienen puntos en común; guardan más similitudes que diferencias. Así que si "Son todos iguales" es por mi culpa, por mi culpa, por mi culpa.


Nota de la Autora: No se aflijan. Ya voy a aprender a elegir.

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