Anécdotas de la Cumbre del Mercosur, parte I


Durante la visita de los presidentes del Mercosur a Tucumán fui testigo de una serie de episodios muy curiosos -algunos graciosos y otros hasta ridículos-, que me gustaría compartir con ustedes.
Aquí va el primero:

Un joven tucumano se acercó en silla de ruedas hasta el hotel Catalinas Park, para poder saludar a su ídolo, el presidente venezolano Hugo Chávez.
Al ver que el joven tenía discapacidades motrices, aparentemente el primer mandatario se puso un poco incómodo, y comenzó a desvariar. Esto fue lo que dijo:

- Oie chico, pero tú no eres discapacitado. Es decir, todos, en alguna medida, somos discapacitados. Io, por ejemplo, no puedo volar. Estoy incapacitado para volar. Tampoco puedo cruzar el Río de la Plata nadando. Ves, chico? ¡Todos somos discapacitados!



Oie chico, me voy a Colombia!


Hola, gente. A todos los que cruzaron los dedos cuando leyeron mi blog o cuando se los pedí, mil gracias. ¡Funcionó!
Les cuento: me inscribí para participar en el curso-taller "¿Cómo se escribe un periódico?", que dicta Miguel Angel Bastenier en la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano. Para hacerlo, tuve que escribir una autobiografía (tarea harto difícil) y enviarla junto con una nota que haya publicado en los últimos seis meses.
A todo esto lo tomé, más que nada, como un desafío personal, sin pensar en que podían elegirme ya que sólo seleccionaron a 20 periodistas de todo latinoamérica... Sin embargo (y gracias a Dios), mi predicción estaba errada.
El miércoles (2 de julio) publicaron la lista de seleccionados en la página de la Fundación (http://www.fnpi.org/) y figuraba mi nombre! Les juro que no lo podía creer. Es más, todavía no lo puedo creer. Creo que voy a caer recién cuando esté ahí.
Por ahora, tengo que pensar en la valija, en los pasajes, en el pasaporte ( está vencido así que me voy a Buenos Aires a renovarlo), etc etc etc.
Ahora creo que tengo miedo. Miedo porque me eligieron... ¿Qué pasa si no cumplo con sus expectativas? Me pego un tiro!!!
Miedo porque voy a otro país, a convivir durante un mes con 19 personas de toda América que nunca en mi vida vi. En realidad, esta parte me da miedo pero me entusiasma al mismo tiempo porque me parece que voy a aprender muchísimo de ellos (y de Bastenier también, obvio).
Más lo pienso, y más ganas me dan de irme, a pesar de los miedos y todo. Lo único que lamento es no poder buscarla a Ingrid Betancourt en la selva (Ojo, si me alegra que la hayan salvado).
Bueno, me despido por ahora. Me voy a hacer tarea para el taller (leer El Blanco Móvil, de Bastenier).
Gracias, gracias, gracias por cruzar los dedos.